Pasadas las 8:00 p.m. del martes anterior, el representante Carlos Augusto Rojas inscribió en la Dirección Nacional del Partido Conservador, su nombre con miras a refrendar su credencial como congresista.
De esta manera, y luego de un largo periodo de silencio, Rojas deja en claro que su intención es volver a la Cámara pese a los rumores según los cuales se encuentra ausente de sus toldas en el departamento.
El congresista le dijo a LA NACIÓN que aunque su partido amplió el plazo para la inscripción de candidaturas, él decidió adelantarse. Pero lo hizo en medio de declaraciones candentes en las que lanza dardos para algunos de los sectores políticos del Huila.
Y advirtió que mientras él, ha mantenido fiel a los idearios de su partido, otros han caído en paracaídas en el ‘urbismo’ buscando votos a nombre de éste.
¿Quedó inscrito oficialmente?
No obstante que el Partido amplió el plazo 20 días más para la inscripción de candidaturas, mi deber como congresista que soy, que ostento una credencial a nombre del Partido Conservador y que seguiremos en el ejercicio de la política, contrario a lo que quisieran algunos, entre comillas, dizque jefes o caciques del conservatismo en el Huila, seguiremos adelante enarbolando las banderas de la institución de una nueva política conservadora en el Huila. El departamento no resiste seguir soportando cacicazgos que le hagan daño al ideario del Partido Conservador. Hemos inscrito nuestra candidatura y con la ayuda de Dios y del pueblo continuaremos ejerciendo nuestro liderazgo en el departamento.
¿Pero sigue ondeando las banderas de Integración?
Yo sigo enarbolando las banderas del conservatismo en el departamento del Huila. Aquellas que promulgan la libertad pública, el derecho a la propiedad privada, la defensa del sector agropecuario, la defensa de las amas de casa, las madres comunitarias, de las injusticias de este país y la búsqueda del acceso a la justicia en igualdad de condiciones para todos los colombianos y los huilenses. Esa política conservadora que muchos abandonaron por irse detrás en su momento del gobierno de turno, a buscar cuidar puestos, contratos y buscar regar la mermelada que desde hace mucho se ha extendido en los partidos, y que es lo que le ha hecho tanto daño a la filosofía de esos partidos que hoy necesitan la presencia democrática en las instituciones del Estado. Enarbolo las banderas del conservatismo, independientemente de que lo quieran a uno matricular en uno u otro rincón del partido, la colectividad es una sola y va a sobreponerse por la falta de liderazgo de u nos pocos que buscan anquilosarse en el poder a punta de defender contratos, puestos en instituciones con los que hace la política.
¿Desmiente con esto todo rumor según el cual usted no aspiraría más a la Cámara?
Yo soy un hombre de mil batallas, un guerrero de mil batallas. Siempre he estado ejerciendo el liderazgo de la política, contrario a lo que algunos quisieran que fuera. Quienes así lo han insinuado, lo han querido hacer ver es porque sienten que cuando los perros ladran, es porque vamos caminando.
Pero usted ha estado muy silencioso o ¿ha estado trabajando muy calladamente?
Son estrategias, hay quienes se mantienen como los aguacates en los periódicos buscando madurarse porque están muy biches. Yo tengo un recorrido en el ejercicio de mi vida pública y no ando haciendo alarde ni farandulería, ni entregando camisetas, balones, ni ofreciendo el oro y el moro, fundamentados en algunas instituciones con presencia en el departamento del Huila que le sale bien caro a los huilenses.
¿Significa entonces que usted no va a apoyar a ningún candidato al Senado?
Significa que he procurado que el status quo de la política se desarrolle en términos de paz, hoy, a propósito de quienes enarbolan esas banderas desde la unanimidad de la unidad nacional. Pero cuando sobre el camino a usted le van poniendo minas quiebra patas y torpedos, tendrán que entender que Carlos Augusto Rojas no ha llegado en paracaídas a ningún ejercicio de la vida pública, sino que ha nacido desde la base misma y tiene toda la capacidad de ser un guerrero de la política. Si las cosas se han de desarrollar en un terreno de paz, de armonía y construcción colectiva, estamos prestos a que así sean las cosas. Pero si vamos a enfrentarnos a situaciones que busquen poner en duda o desafiar nuestra capacidad de ejercer la política, entonces nos tendremos que enfrentar y confrontar.
A propósito, ¿cómo están sus relaciones con el senador Carlos Ramiro Chávarro?
Excelentemente bien, cuando nos encontramos nos saludamos con una gran sonrisa.
¿Y en lo político?
Bien, yo siempre he hecho mi política y he le contribuido a Carlos Ramiro Chávarro para que salga elegido senador de la República y representante a la Cámara dos veces. De manera pues que tengo mi conciencia tranquila porque he actuado de frente, sin afanes y con mucha lealtad.
¿Cómo ve el tema del Centro Democrático del que se dice que le va a hacer daño al Partido Conservador y la U, en las elecciones?
Lo que creo es que como dice la Biblia, el que tenga oídos para oír que oiga. Cuando un dirigente político ha abandonado las banderas filosóficas y postulados de su partido, pues seguramente que se verá sometido al escarnio público y a que le cobren factura también en las urnas. Yo pertenezco al Partido Conservador y sigo defendiendo sus banderas, no tengo la culpa de que los postulados de mi partido hoy los esté enarbolando otros movimientos y sectores políticos que buscan reivindicar sobre la base conservadora, unos votos a nombre de otro movimiento político. Yo busco sacudir el palo para que en nombre del Partido Conservador reivindiquemos esos principios y postulados y convoquemos a las bases para que se encaucen dentro de ese liderazgo. Entonces, el que tenga oídos para oír que oiga.
Y al que le caiga el guante que se lo chante, ¿cómo quién?
No, pues el que le quede bueno que se lo ponga, yo no sé a quién le quedará bueno.
Sin temor al Centro Democrático
Carlos Augusto Rojas expresó su propio sentir frente al tema del ‘uribismo’. “Yo he liderado unas banderas propias de mi partido, y en su momento cuando Uribe apareció, para adelantar una campaña política, muchos de los de mi partido, abandonaron sus banderas por irse detrás, vuelvo y digo, detrás de la mermelada que en ese tiempo ya existía. Los conservadores de la base, se sintieron identificados con las banderas de Uribe y por eso emigraron sin el permiso de los grandes jefes hacia las toldas de Uribe”, dijo.
Pero también criticó a los que ahora están en las toldas del ‘uribismo’. “También llama la atención es que en la época cuando nos tocó, porque lo hice, liderar la campaña de Uribe, pegar afiches en la penumbra de la noche, bajo la amenaza de los fusiles de las Farc, muchos de los que hoy vienen en paracaídas bajo la sombra de Uribe a buscar votos, no estaban”.
Señaló que algunos de ellos estaban ejerciendo el periodismo regional y nacional contradiciendo justamente a Uribe, y otros hasta hace muy poco hacían parte de la burocracia nacional, incluso en este gobierno de Santos. “Otra vez, el que tenga oídos que oiga, y al que le caiga el guante, y le quede bueno, que se lo ponga”, puntualizó.