La Nación
Cortina electoral 1 20 mayo, 2024
COLUMNISTAS

Cortina electoral

Los procesos electorales en Colombia se llevan a cabo entre la política y el derecho. La primera, entendida dentro del marco de una campaña con propaganda y medios de comunicación y, la segunda, con base en la oportunidad que tienen los ciudadanos para elegir a sus líderes.

Sin embargo, es importante resaltar que, para tal fin existe un periodo y calendario que debe respetarse con el objetivo de garantizar la independencia de las entidades de Gobierno, pero sobre todo, los recursos económicos los cuales tienen que estar destinados a las necesidades de la nación y no desviados para hacer política desde el ejercicio del poder.

La participación ciudadana es vital y debe ir de la mano con el control político. No obstante, es responsabilidad de los gobernantes y no de la ciudadanía, que esta participación en época no electoral y auspiciada con recursos públicos, se convierta en una estrategia populista para sumar adeptos.

Hay que ser muy miserable para querer sacar provecho político de las necesidades de quienes hoy viven, en mayor medida, la pobreza, gracias al “cambio” negativo en los precios de los insumos básicos para llevar una vida digna.

Que Gustavo Petro utilice dineros, eventos y medios de comunicación públicos para tratar de combatir la imagen desfavorable que tienen los colombianos de él, debido a su incompetencia como primer mandatario no es una sorpresa, pero utilizar estos espacios para ir en contra de su propio Gobierno, como estrategia política para generar mayor cercanía con los barrios populares, tomando distancia del Poder Ejecutivo del cual él es su mayor y directo representante, es como el papá que niega al hijo, uhm pero claro que parece que la estrategia se está volviendo costumbre.

“El Gobierno con los barrios populares” como bautizó el Presidente a su show sin tarima, es el mejor ejemplo de que la “procesión va por dentro”, porque además de ser una puesta en escena que parece más un capítulo de las series escritas por el hoy director de Prosperidad Social, demuestra que el primer mandatario habla más que “lora mojada” y en vez de generar progreso, como buen guerrillero, solo produce Petroceso.

Esta coreografía que montó el Presidente para entretener al público, lejos de ser novedosa para los asistentes, resulta adornada al mejor estilo de Maduro en Venezuela y deja en evidencia que, el proceso electoral de 2026, estará lleno de obstáculos para quienes defendemos la oposición democrática y legítima que representa el descontento popular.

Ojalá que Gustavo Petro entienda que es mejor ser, que parecer, y se ocupe en ser Presidente en vez de preocuparse por llenar sus eventos de gente.

¿O será que el Presidente también piensa llenar las urnas con inteligencia artificial?