La Nación
OPINIÓN

El 2014 que se va

Escribo esta, mi última columna del año, escuchando la deslumbrante interpretación que realiza el australiano John Williams del segundo movimiento del aclamado “Concierto de Aranjuez” de Joaquín Rodrigo. Lo recomiendo para las personas deseosas de escuchar algo sencillamente magnifico.
 
Estas líneas no podían tener otro objeto que el despedir este año que termina. Un año sencillamente inolvidable para todo el país, y para el mundo entero también. Un año de historias por contar, y de sucesos para nunca olvidar.
 
Mundialmente tenemos noticias impactantes: guerras que no terminan, países que se revolucionan, gobiernos euroasiáticos que buscan expandirse aún más, reelecciones al sur del continente, eventos deportivos, aviones desaparecidos, tragedias, buenas noticas, muertes legendarias, artistas eternos, economías volátiles, inventos descrestantes, avances  tecnológicos increíbles, asteroides conquistados por el ser humano, Cuba y los gringos nuevamente amigos, genialidad y tristeza. Este fue el año del caballo de madera según el horóscopo chino, y para las comunidades de occidente como la nuestra, la influencia de las creencias sí que marca un hito en nuestro proceder. Un año más que termina y en el que seguimos siendo profundamente manipulados por sociedades extranjeras, lastimosamente.
 
El país también vibró este año. Vimos a Santos ganar su reelección presidencial después de haber vendido hasta sus ropas en promesas y clientelismo. Uribe y su séquito de lazarillos acomodados en el congreso. La izquierda colombiana dividida y minoritaria, lastimosamente.  Despedimos con el corazón en la mano a quien para mí es el Gran Colombiano, lo ha sido y lo será siempre, un gigante de las dimensiones de Gabriel García Márquez no tiene comparación alguna con algún otro colombiano, nos enseñó qué era la grandeza, no solo de la persona, sino del alma, gloria eterna de este país. Nairo Quintana, Catherine Ibargüen, James Rodríguez y demás, nos demostraron que un espíritu humilde engrandece al hombre más pequeño, y que el esfuerzo, el sacrificio y el tesón, tarde o temprano dan sus frutos, sobre todo cuando uno ama lo que hace en la vida.  Tantas cosas en tan poco tiempo.
 
Este 2014 que se va se lleva amplias expectativas consigo. Vimos a través de los medios, noticias desgarradoras que nos demuestran que aún seguimos sumergidos en una sociedad individualista, marginal y egoísta. Aún la vida sigue sin tener ningún precio, seguimos siendo intolerantes, no nos vemos como comunidad, no entendemos nuestro valor social. Pero aún con todo esto el país se mantiene, por el sacrificio y el trabajo constante de algunos, que aún desde la clandestinidad aportan su pequeño grano de arena para seguir construyendo este espacio geopolítico en el que por la divina providencia  existimos. Son esos seres, los que como usted o como yo no figuramos, no tenemos amplias acumulaciones de dinero ni poder político, pero contribuimos con el desarrollo del país pagando los impuestos, estudiando, leyendo, formándonos como personas, evitando los actos de corrupción, no sobornando, trabajando, haciendo las cosas bien como debe ser, los que aún creemos en la justicia, los que confiamos en el producto nacional y compramos con amor la panela, los huevos o el chocolate de nuestra región. Somos nosotros, la gente de a pie, los que aún sostenemos esta sociedad.
 
Muchos esperamos que el año que llega traiga consigo importantes cambios: el fin del conflicto armado, las elecciones regionales, el mejoramiento en los precios del petróleo y el azúcar que tanto afectan nuestra economía; y en fin, tanto que queda por consolidar. Finalmente estoy seguro que como yo hay muchos que lo único que tenemos por hacer en estos días es dar las gracias. Agradecer por tantas desgracias que se nos fueron quitadas de la vida, y por tantas bendiciones que nos fueron llegando de a poco. Feliz 2015.