La Nación
COLUMNISTAS

Farc: criminales soberbios y arrogantes.

Columna sabatina

 
Con la insolencia y soberbia que caracteriza a los rebeldes, el jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia –Farc-, sale con el cuento de que el presidente Juan Manuel Santos destruyó la confianza del proceso de paz.

 
Enerva escuchar decir esto a alias Timochenko (Rodrigo Londoño Echeverri), porque quienes han venido matando, y secuestrando son ellos, con el pretexto de que luchan por el pueblo.
 
 
Timochenko y sus camaradas, a quienes se les ha dado todas las consideraciones que no merecen, amenazó a Santos diciéndole que “las negociaciones no podrán reanudarse así no más”, pues será necesario “hacer diversas consideraciones”.
 
 
 
El gobierno resolvió suspender los diálogos que se llevan a cabo en Cuba, después de que un frente guerrillero se encontrase “casualmente” con el general del ejército Rubén Darío Alzate, una abogada y un soldado, andando sin armas y sin escolta, en una zona plagada de rebeldes en el departamento del Chocó.
 
 
Algo inquietante es ¿por qué un militar de carrera, tropero como se le dice en Colombia a los soldados aguerridos, comandante de una Fuerza de Tarea Conjunta, se internó en  esa zona? ¿Qué papel juega en esa comedia?
 
 
Por otra parte, es importante aclarar a la comunidad internacional que las Farc no representan al pueblo y que desde que el gobierno se sentó a la mesa con ellos para hablar de paz se han ignorado y pisoteado códigos jurídicos, morales y éticos. Es como ir a la casa de uno vecino indeseable y sospechoso (Cuba), para negociar con un amigo de él, quien te asaltó y violó a tu hija.
 
 
Los colombianos están dando demasiado para lograr que estos que fingen ser revolucionarios dejen de matar y abusar del pueblo y aunque en otras ocasiones he defendido el proceso porque pienso que hay que darle una oportunidad a la paz, los guerrilleros se exceden y siguen violentando al país.
 
 
Hace pocos días llegaron rebeldes en lanchas rápidas a la isla Gorgona, lugar en el cual funcionaba hace muchos años una prisión y hoy es un Parque Nacional Natural donde se practica el turismo ecológico, sorprendieron a un grupo de la policía de turismo, mataron a un teniente, hirieron a 4 agentes y secuestraron a por lo menos 3 más.
 
 
Por esos actos que prosiguen sin piedad, enoja oír las fanfarronerías de Timochenko, soberbio y arrogante.
 
 
La paz debe lograrse con justicia y dignidad, no bajo amenaza de criminales, quienes durante casi 50 años se han dedicado a violentar y castigar a los ciudadanos, usando la extorsión, el secuestro y el narcotráfico para financiarse. Estos son delitos, no formas de lucha como diría un comunista marxista-leninista. Hay que llamar las cosas por su nombre.
 
 
El oxígeno que se les ha dado a las Farc en estos 2 años de lentos diálogos, los ha fortalecido económica y militarmente. Ellos siguen exportando cocaína y comprando armas, usando incluso, territorios de países vecinos como Venezuela y Ecuador.
 
 
Ahora sí tengo serias dudas de que realmente vayan a firmar un acuerdo de paz, porque su plan en otras ocasiones fue precisamente ese: aprovechar el tiempo para fortalecerse. No lo lamento por el gobierno. Lo lamento por los colombianos que han sido tolerantes.
 
(Twitter: @RulBenoit)