La Nación
COLUMNISTAS

Golpe de Estado de Santos y Farc

Jamás creí, que fuera posible dentro de mi vida terrenal, haber sido víctima del lado oculto de un gobernante. Eso mismo sucede con el pueblo colombiano, absolutamente estafado, por las maniobras torticeras de un presidente con minúscula, que la historia lo reconocerá si a ello hubiere lugar, como de los peores mandatarios, sino el peor junto con Samper, por sus actos, por haber montado una asociación para delinquir desde palacio, llevando a la Nación, a una total desestabilización institucional.

Hemos llegado en su gobierno a un estado de postración nacional e internacional, que hasta se burlan de nosotros, un gobierno que no lo respetan ni las Farc con quienes negocia; menos los organismos internacionales, un gobierno hecho contra Colombia y sus habitantes, manipula sus actos de gobierno creyendo que con sus reacciones retardatarias, solo son útiles para medir sus índices de credibilidad en las encuestas, que cada día tocan más los linderos de los tapetes.

Unos colombianos, supuestamente ilustres, pero solo en su gobierno, haciendo parte de organismos internacionales, que brillan por la repetición de los discursos de Bogotá, llenos de ramplonerías, donde no defienden a los colombianos contra la violación de sus derechos humanos, menos aún en el contexto latinoamericano con la condena de Leopoldo López, silencio sepulcral,, porque somos un sepulcro blanqueado en América, después del liderazgo a que nos tenían acostumbrados hombres celebres como Uribe y otros muchos por cierto, ha convertido el sainete de la Habana en un lavadero de dinero producto del delito, todo un desastre en todos los órdenes, económico y social.

Y para completar el tercio, ahora engañando a los colombianos, presenta a consideración del congreso, proyecto donde hace renunciar a este a sus funciones, y da un golpe de estado con apariencia de constitucionalidad, de lo más vulgar que se haya visto en la historia de Colombia, tan ruin y patán, producto del desespero por una paz que no la cree ni entiende el 93% de los colombianos, que nunca han creído en la paz ni en las Farc.

Tanto es el afán y la desesperación que ya los Estados Unidos en varias de sus instancias le están pisando los callos, por llevarse por delante  y arrasando el tratado de Roma.

En consecuencia, para liberarnos de este mal endémico en América, todos a votar en las elecciones del 25 de Octubre contra el dictador Santos, contra las Farc, y lo que ello signifique. Todos por las listas de Uribe que es el Centro Democrático. Salvemos a Colombia.