En general, a las personas no nos gusta tomar decisiones. Incluso a veces las posponemos y las dilatamos en el tiempo esperando a que sean las circunstancias u otras personas las que la tomen por nosotros/as. Pero ¿qué pasa en esos momentos en los que sí quieres tomar una decisión pero no sabes si será la correcta? ¿te quedas bloqueado/a?
Muchas personas suelen encontrarse en una situación de la que no saben cómo salir. Se sienten pérdidas, estancadas y un poco a la deriva, no saben qué quieren ni cómo han llegado hasta donde están.
Por eso debes anclar tu vida en equilibrio a tus valores… Los valores son pautas de comportamiento que se establecen para guiar la forma de Actuar… Tú tienes la libertad de elegir y escoger libremente… Pero aunque todo es lícito, no todo nos conviene.
Si tu valor principal es la justicia, pase lo que pase en tu vida o en tu entorno siempre podrás identificar qué es justo y qué no, y que eso te guíe a la hora de actuar y tomar decisiones. Aunque la decisión sea dura y dolorosa, lo que es justo es justo, ¿o no?
¡Recuerda tu intención!
Muchas veces podemos llegar a pensar que las decisiones que tomamos no fueron las adecuadas porque quizá no teníamos muy claro a dónde queríamos llegar, Cualquiera que sea la duda que tengas tiene que ver mucho con la intensión con la quieres hacer las cosas Así que siéntate a pensar cuáles son tus valores principales, tu ancla. Para que a partir de ahora tengas más claro si lo que haces es congruente con lo que es importante para ti.
El interpretar las situaciones correctamente es una de las destrezas de vida más útiles para cualquier ser humano. Tener claridad para percibir con sabiduría y discernimiento es la clave del éxito en cualquier situación.
El problema es que muchas cosas interfieren con interpretar correctamente las situaciones de nuestra vida. Nuestros deseos y miedos con frecuencia nublan nuestra visión y como interpretamos lo que vemos.
Nuestros deseos nos dirigen, pero pueden llevarnos a las situaciones más torcidas si no los frenamos con la razón. Nuestros miedos nos ciegan en percepción y juicio. Cuando no estamos en paz se hace difícil tomar una buena decisión.
Así que te desafío a que pienses sobre cualquier decisión de peso en tu vida. Pregúntate sobre que has anclado tu anhelo, tu deseo o tú proyecto y revisa si estas siendo coherente con tus valores eso te podría llevar a tomar una mejor decisión.
Pero recuerda que aunque las cosas no siempre salen como se han planeado o deseado… todas ellas nos ayudan para bien… Lo importante es NO detenernos… Si no mirar siempre hacia delante; recuerda tu no eliges… Tú despides!
LILIANA JIMÉNEZ ROBAYO
ASESORA DE FAMILIA
CEL. 3108761019