La Nación
Juan David Huertas Ramos
COLUMNISTAS OPINIÓN

Dos preocupaciones alrededor de las elecciones regionales de 2023

En mi columna de la semana pasada indiqué que los desastrosos resultados acumulados por el ‘gobierno’ del cambio en lo que lleva desde su posesión, sus muchos desaciertos, su irrespeto a la institucionalidad, la improvisación, las propuestas anti-mercado, su mediocridad y pobre tecnicismo, los abrumadores escándalos que le rodean desde la precampaña, y las evidencias de las “platas calientes” (tal como lo delató Nicolás Petro), y (según lo confesado por Juan Fernando Petro) y de sus alianzas en las cárceles, explicarían el nuevo mapa electoral.

El país cuestiona el mal manejo económico, el pésimo estado de la seguridad, el alto grado de incertidumbre que alienta el ejecutivo, la violencia recrudecida, y la lucha frontal contra el capital privado y el favorecimiento extraño a la criminalidad.

Los hechos están a la luz de cualquier juicio sano, por supuesto. El ‘gobierno’ Petro y el Pacto Histórico fueron los grandes derrotados de las elecciones regionales del pasado domingo 29 de octubre. Pues, los candidatos independientes y de oposición lograron el favorecimiento popular en la gran mayoría de las dignidades territorialmente.

Algunos expertos están tratando de acomodar los resultados electorales a favor de Petro, otros tratan de explicarles teóricamente. Sin embargo, lo que muestran los nuevos esquemas de la administración pública departamental y municipal, es que el país no respalda masivamente el proyecto político y social que Petro le propone al país. Cabe advertir que ‘el Loco de los Balcones’ ha intentado mentir de múltiples formas sumando apoyos que no tiene y alardeando de un respaldo popular que cada vez parece más lánguido.

De cara a lo anterior, resultan muy preocupantes dos hechos.

El primero, es que el tal respaldo popular del ‘gobierno’ del cambio es una quimera, lo cual podría cuestionar la legitimidad de las elecciones presidenciales. Pues, cabe preguntarse si en algo más de un año perdió dicho respaldo o nunca lo tuvo. De ser así, entonces, ¿cómo ganó las elecciones presidenciales?

El segundo aspecto que mucho debe importar al país es la salud mental de Petro. La razón, es que, de cara a los resultados, el hombre del M-19 ha intentado, vía X (antes, Twitter), falsear la realidad indicando que su proyecto político ahora gobierna en 9 departamentos. Este es un hecho de mucha gravedad, ya que su estabilidad mental se cuestiona sola al contrastar al Petro de la alocución presidencial con el de los trinos desaforados de X, tratando de apropiarse de alcaldías y gobernaciones bajo el argumento de que allí ganaron representantes de movimientos y partidos políticos que hacen parte de la coalición de gobierno (Que, dicho sea de paso, a inicios de este año, ‘el Loco de los Balcones’ destruyó).

Esperemos, entonces, que estas dos preocupaciones no opaquen el buen mensaje que el país le proporcionó a los mercados desde las urnas, el cual implica el debilitamiento del proyecto populista de Gustavo Petro en las regiones en algo más del primer año de su ‘administración’.