Un pueblo hipócrita, falso, decadente, que realmente no se quiere a sí mismo ni se indigna de verdad. Porque pasan cosas y dejamos que pasen; nuestras protestas son simbólicas y nada más, pues todo sigue igual. En Guatemala destituyeron al presidente Otto Fernández Pérez Molina por corrupto; el Congreso de ese país le retiró la inmunidad para que sea juzgado como un ciudadano común y corriente. En cambio en nuestro país los corruptos se caen es para arriba, siguen reinando y el Congreso trata de protegerlos. El mes pasado, en 150 de ciudades de Brasil miles de personas salieron a protestar contra la corrupción que afecta a sus instituciones. Y aquí en Colombia, la corrupción nos carcome todos los días y a la gente le preocupa más las lesiones de James Rodríguez o la decaída de Nairo Quintana. La gente no sale a protestar por ese estado de cosas. La gente sale es a hacerle corrillo a los corruptos; salen es a hacerles campañas politiqueras para que sigan disfrutando de las mieles del poder; para que nos sigan jodiendo a todos.
Aquí nos indignamos porque mataron a un perro y salimos a protestar por eso. Y eso está bien. Los animales también tienen derecho a que les respeten su vida. Pero miren lo que pasa en la Guajira: Los niños se mueren de desnutrición. En la Guajira dizque se invierten al año 160 mil millones de pesos para atender a los niños ¿Dónde está esa plata? ¿A cuáles bolsillos fueron a parar? Y realmente no nos indignamos por eso, no salimos a protestar para que no se mueran más niños en Colombia de física hambre.
El sistema de salud anda manga por hombro. Los dueños de las “Entidades Prestadoras de Salud” se dedicaron a lucrarse con la salud de todos los colombianos y a quebrar la red hospitalaria pública. Miren no más el caso de Caprecom, que dejó a 90 mil afiliados en el limbo, deudas por doquier y no pasa nada. Y el “Ministro de Salud” sale a decir que sí, que se va a liquidar a Caprecom pero que no sabe cuándo se van a pagar esas deudas ¿Ah? ¡Tremendo descaro! Y no pasa nada. La gente se queda es en su casa peleando con sus hijos y familiares, como si ellos tuvieran la culpa. Cuando lo que tiene que hacer el pueblo es unirse, salir a las calles a protestar masiva y constantemente para que en verdad cambie este estado de cosas. ¿Dónde está el pueblo unido que jamás será vencido? Sí, tenemos pueblo, pero Tartufo, que se está haciendo daño así mismo.