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Temen resucite ‘cuna’ de la fechoría en Cándido 1 9 mayo, 2024
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Temen resucite ‘cuna’ de la fechoría en Cándido

El retiro de los postes y de las luminarias que alumbraron un amplio sector del barrio Cándido de Neiva originó al protesta ciudadana que teme la reaparición de la delincuencia con sus atracos y los robos contra los vecinos. El retiro de los postes y  de las luminarias  que alumbraron  un amplio sector del barrio Cándido de Neiva originó al protesta ciudadana que teme la reaparición de la delincuencia con sus  atracos y los robos contra los vecinos. LA NACIÓN, NEIVA Foto 05En la mañana de ayer los habitantes del barrio Cándido Leguizamo de la Comuna Uno de Neiva  se encontraban sorprendidos al ver que los postes que iluminaron uno de los sectores más oscuros de la ciudad por cerca de un año, estaban siendo retirados por contratistas de Diselecsa. Hacia las ocho de la mañana empezaron a llegar los vehículos de la empresa contratista, con los trabajadores que emprenderían el retiro de los postes que aislaron en gran medida la delincuencia en el sector. Y es que entre las carreras primera y segunda de uno de los barrios con más historia en la ciudad, del sector que abarca las calles 28 y 42, se encuentra una zona verde que por varios años se había  venido convirtiendo en la ‘cuna’ de la fechoría. El año pasado la instalación de esos dispositivos iluminarios logró contribuir en materia de seguridad. Sin embargo, la sorpresa fue grande al encontrarse con que serían retirados, según la empresa, porque los tubos no poseían las condiciones adecuadas y en cualquier momento podrían causar un grave accidente con los vecinos, por lo tanto el retiro se hizo para poder cambiarlos por unos mejores. La preocupación ciudadana Edwin Flórez  es uno de los residentes del barrio sostiene que “cuando nos levantamos nos encontramos con esa noticia. Dijeron que se los llevaban porque los iban a mandar a galvanizar pero si fuera así, se llevarían uno por uno y no nos dejarías a oscuras. Ahora no se sabe cuando traigan la nueva iluminación, lo cierto es que estamos preocupados hay una banda de menores de edad que hacen de las suyas. Necesitamos vigilancia y control”. El edil de la Comuna Uno, Luis Fernando Quevedo, quien siempre se moviliza por esta zona, se encuentra desconcertado de igual manera que sus vecinos. “Apenas llegué la gente me empezó a decir que se estaban llevando los postes, entonces me acerqué a uno de los trabajadores para saber que estaba pasando y su respuesta fue que, tenían que llevárselos porque los reforzarían”, dijo Luis Fernando Quevedo. La comunidad advierte que los hurtos y consumo de alucinógenos que padecían con mayor intensidad hace un tiempo, se seguían presentando. Sin lugar a dudas, el temor persiste y lo único que esperan es que no se agrave, pues esta semana los estudiantes iniciarán sus clases y ese flagelo se recrudecerá sin iluminación. Una de las habitantes más antiguas de Cándido, doña Gabriela, venía de realizar sus compras en el supermercado y al mirar los postes en el suelo pensó que se habían caído y por ello se detuvo a ver que lo sucedía. “Necesitamos seguridad porque este era un barrio bueno, y ahora se está permitiendo que llegan personas de otros lugares a dañar esto. Se espera que el Alcalde no nos deje botados porque ahora es cuando más se necesita su labor”, agregó. LA NACION oye a la gente Librada Cedeño: “Nos quitaron la luz y queremos que nos la devuelvan. No se puede vivir así oscuro porque los delincuentes viven atacando a las personas de bien que a cualquier hora del día pasa por el lugar. Lo peor es que no hace ni un año que pusieron esos postes”. Nelly Hernández: “Necesitamos que la Policía esté pendiente por acá y más ahora que los niños empiezan el colegio. Ya uno no puede dejar que las niñas salgan a desaburrirse por aquí, porque esa manada de marihuaneros se la pasan por aquí”. Eduardo Ibarra: “Hace seis meses vienen los compradores a este sector a comprar la droga. Hay un sitio del que tiene conocimiento la Policía porque ya lo hemos denunciado y se hacen los de los oídos sordos. Ya uno no sabe a quien creerle porque la patrulla llega es a tomar tinto en la olla. Estamos cansados de que nos atraquen”