La Nación
¡Tomemos la delantera! 1 20 mayo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

¡Tomemos la delantera!

 

Sergio Felipe Salamanca Borrero

 

Desde la última columna dos noticias me han llevado a reflexionar nuevamente sobre un tema que en mi opinión no ha recibido el tratamiento ni la importancia que merece, pero el cual tiene el potencial para cambiar el panorama no sólo del Huila, sino también del país entero, la energía. En particular, las noticias fueron: i. El reporte de los primeros cobros de la sobretasa nacional en los recibos de energía; y ii. La implementación del uso de paneles solares en el hospital Méderi de Bogotá.

 

Sé que a simple vista estas noticias pueden no representar mucho, sin embargo, considero que son un fuerte llamado de atención para que las regiones comencemos a trabajar en la construcción de un nuevo panorama energético, en el que tanto las energías renovables no convencionales, como la autogeneración tengan mucho más protagonismo. En el caso de nuestro departamento, la energía fue incluida hace cerca de diez años dentro de las apuestas productivas con un especial enfoque hacia el fortalecimiento de la generación de energía a partir de las centrales hidroeléctricas existentes en ese momento y las que se encontraban en proceso de construcción.

 

En la actualidad, el Huila ocupa un lugar importante dentro del listado de generación nacional, gracias a las hidroeléctricas de Betania y el Quimbo, las cuales tienen participaciones respectivas del 2.33% y 0.24% de acuerdo con información publicada por el operador y administrador del Sistema Eléctrico Colombiano XM. Ahora bien, a pesar de contar con dos grandes centrales hidroeléctricas, los huilenses no hemos visto compensadas las externalidades generadas por la construcción de estas centrales. Por el contrario, además de pagar tarifas sin ningún tipo de descuento o beneficio, vamos a tener que asumir la sobretasa de cuatro pesos por kilovatio hora de energía consumida, la cual será cobrada hasta diciembre de 2022 y estará a cargo de los usuarios de estrato 4, 5 y 6; usuarios comerciales e industriales, así como los usuarios no regulados.

 

Es a partir de lo expuesto que me puedo aventurar a decir que en nuestro futuro energético debemos apuntarle a la autogeneración y al fomento del uso de energías renovables no convencionales, con el fin de ganar independencia no sólo de las hidroeléctricas, sino también de las tarifas y sobretasas, las cuales tienen incidencia en los costos de vida de las familias y pueden representar un duro golpe para la industria y grandes consumidores de energía.