La Nación
  Vientos de liberación socioeconómica y política 1 28 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

  Vientos de liberación socioeconómica y política

 

Marcos Silva Martínez

No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, expresa el proverbio popular.

El malestar social que surge en diversas áreas del planeta, presagia redefiniciones geopolíticas y socioeconómicas globales.

Las percepciones, concepciones y acciones colectivas que revelan estados y niveles de conciencia social, individual y colectiva, se forjan a través de la existencia  socioeconómica y política y se profundizan con el  acceso al conocimiento, determinantes de la conciencia social, individual y colectiva.

Las organizaciones políticas y económicas, agenciadas en naciones de mayor desarrollo y poder económico, imponen ordenamientos de carácter supranacional, a las naciones de menor desarrollo. De  esa forma las someten a  desarrollar y defender  el modelo económico y político que al poder supranacional más le conviene.

Los grandes repartos del mundo, hechos  entre  potencias o imperios,  crearon diversos sistemas de sometimiento y explotación y con ello, los desequilibrios socioeconómicos, con la concentración de la riqueza y poder, en pocas manos y la condena a la pobreza,  la miseria,  la explotación y sometimiento de las mayorías. No son consecuencia de mala suerte. Son consecuencia de la perversidad del poder.

Parece que el último reparto del mundo fue el de Yalta, concertado al terminar la según guerra mundial, entre  potencia vencedoras.

Ese tipo de repartos  no se volverá  a repetir, bajo similares condiciones y proporciones, pues el desarrollo y globalización del conocimiento, la ciencia y la tecnología, han permitido  desarrollo de conciencia nacional y percepción de soberanía y derechos, condición que se evidencia en la pérdida de dominio y poder  de consagradas potencias.

El conocimiento y la información, son determinantes para el análisis de las causas y consecuencias de sucesos y decisiones  de las organizaciones políticas, económicas y sociales de las naciones y de que las sociedades mejoren  condiciones para reconocer derechos sociales y formas de exigirlos.

Es lo que debemos concluir de la protesta social que cada vez, con mayor frecuencia, surge en diferentes partes del planeta, siempre con el objeto de exigir mejor distribución del ingreso y mejores condiciones de vida. Como ocurre en Chile, Ecuador, Venezuela, El Líbano, Irak, Francia, Egipto, Colombia,  etc.

No obstante, esas perspectivas de  cambios geopolíticos, sociales y económicos, que se advierten hoy en el mundo, son y pueden ser capitalizados a favor exclusivos de círculos de poder nacional, para usufructuar el poder político y económico y concentrar el dominio de la riqueza, tal como se comprueba hoy en la mayoría de naciones del mundo.

Esos objetivos  los logran a través de la institucionalización de modelos económicos-políticos excluyentes,   la manipulación y degradación del poder, la institucionalización de la corrupción, bajo garantía de impunidad. Es lo que esta ocurriendo en todas las naciones donde crece la protesta social y el abuso del poder y del ordenamiento legal.

Lo logran con la estructuración de órganos de poder público específicos  y la selección de sus representantes, condicionados a la garantía de asegurar el dominio del poder económico, como desvergonzadamente ocurre en Colombia, en particular con el gobierno de Duque y muchas naciones del mundo, en las que la extrema derecha de tendencia neo fascista y uribista, como en Colombia, trata de imponer su propio marco ideológico diabólico.

Por lo tanto, no se debe exigir solo redistribución del ingreso, sino la definición e implementación del modelo económico-político,  que garantice equidad socioeconómica integral y acabar con la corrupción y la impunidad.

Son objetivos difíciles de alcanzar con la estructura de poder existente y si continúa el elector votando por quienes no debe vota.