Primera reflexión: El 3 de abril habrá junta directiva en Electrohuila, mientras los recibos de energía siguen llegando costosos a los neivanos. Estará el delegado del Ministerio de Hacienda y Minas (quienes tienen el 83,5% de las acciones de la empresa), el gobernador Rodrigo Villalba (con 8,24% de participación accionaria), Infihuila (6,24%) y varios alcaldes.
¿Lograrán convencer al gerente Zamir Bermeo – quien ya perdió la vergüenza- para que reflexione sobre el incremento tarifario que dejó de percibir la empresa durante la pandemia? ¿Le exigirán que piense en el bolsillo de los menos favorecidos que no tienen para pagar sus caprichos en las alzas porque no ganan los 44 millones de pesos que devenga él? ¿Logrará Rodrigo Villalba que los directivos que ganan entre 20 y casi 50 millones de pesos al mes congelen sus sueldos? ¿Escucharemos del Gobernador una defensa acérrima en favor de quienes lo eligieron y quienes no?
Pediré los audios de la junta y conoceremos con exactitud si defendió o no el bolsillo de los huilenses que se enfrentan a una nueva Electricaribe.
Segunda reflexión: No se trata de ser pesimista, pero hay que actuar con cierta dosis de realismo. No entiendo cómo potencializan a Neiva como ciudad piloto para impulsar el turismo nocturno en el país, cuando las disidencias de las Farc lanzan hasta dos y tres explosivos cada semana a empresarios e industriales que se opongan a pagarles la mal llamada vacuna. Entiendo que el alcalde German Casagua debe estar feliz porque la ciudad se dinamizará en las noches y sería su primer logro, pero lamento decirle que no es un buen momento. Al menos, mientras la guerrilla reduzca su accionar.
Es como si quisiera promocionar Punta Gallinas en La Guajira, pese a que los grupos armados aparecen constantemente sobre la carretera. Esta semana recorrí el desierto y un grupo de paramilitares y otro de atracadores me detuvieron en la vía. Un turista se espanta ante tal espejo.
Neiva- sin duda- puede reunir las condiciones para que no duerma y permanezca despierta 24 horas, pero con las disidencias en el vecindario, el destino no será tan apetecido, al menos, para los de afuera.
Tercera reflexión: ¿No creen que con el alcalde de Neiva German Casagua y el gobernador Rodrigo Villalba no pasa nada? Van a cumplir los 100 primeros días y no quiero ni conocer sus balances porque ya lo tengo claro: nada nuevo y propositivo. Aburridos. El de Neiva, muy youtuber, como si quisiera robarle el protagonismo a la prensa. Y el del Huila, encerrado en su cómodo y apacible despacho con vista a la Catedral.
Ojalá que el almuerzo no sea como el desayuno porque moriremos en el intento. Villalba- que no se le olvide- no puede repetir la historia nefasta de Luis Enrique Dussán, a quien, por fortuna, nadie recuerda. Aunque a veces pienso que fotocopiará a su antecesor. Al fin y al cabo, después de cuatro años, es casi imposible pensar que el hoy gobernador siga en la vida pública.